Entré en un hope bastante lleno, sonaba a un Cohen que después de la despedida permanecía, en las paredes mujeres disfrutando de su tiempo.
En mi recorrido entre la puerta y la barra pasé junto a cuatro mesas y en cada una alcancé a escuchar una chispíta de la conversación.
· Una treintañera, al móvil. "No estas sola, solo estas lejos. No es lo mismo".
· Una chica a su amiga con tono de disgusto. "...como se olvida alguien unas bragas en un cine". (Hice un gran esfuerzo para no parar a explicárselo. La amiga tenía cara de estar haciendo el mismo esfuerzo),
· Un cuarentón a su amigo. "Las llamadas de mi hija de quince años duran más que algunas de mis relaciones".
· Dos chicas que todavía no han cumplido los veinte. Mira este diccionario: "Ninfomana; cualidad que escrita en cualquier currículum te daría el puesto". (risas).
Llegué a la barra. Un tipo claramente perjudicado tenía la cabeza clavada en sus brazos. La camarera ni se enteró de mi llegada totalmente concentrada en los capuchinos que preparaba. Al darse la vuelta, se percató de mi espera.
* Perdón...
* No te preocupes mujer, tu a tu rutina.
Sonrió.
* Rutina, el habito de renunciar a pensar.
* Todos necesitamos de eso alguna vez.
* ¿Tu puedes? Me preguntó mientras hacía el dibujíto en el café.
* Yo si, pero mi cerebro sigue por libre.
* ¿Y que piensa ahora mismo?
* Rosas.
* No es tiempo, ahora no florecen. (sonrisa traviesa) y son azulmardenoche.
* No he visto de ese color (sonrisa traviesa) rosas, digo.
* Eso esta bien, que hayas visto (sonrisa traviesa) porque estás no las veras.
* ¡Claro! Como no es tiempo. Aunque he oido de una que se las dejó en el cine...
Fue cuando el perjudicado levanto la cabeza y casi gritó; "¡¡ ¿A quién se le ocurre ir al cine con flores? !!"
Risas